Kód: 13155284
Los tres hermanos Marx fueron en su origen cinco más una madre. A ninguno de ellos, con la excepción de Minnie, su madre, se le conocía por su nombre verdadero -al menos entre el público-. El primogénito fue Leonard. Seguido de Ad ... celý popis
706 Kč
Dostupnost:
50 % šanceMáme informaci, že by titul mohl být dostupný. Na základě vaší objednávky se ho pokusíme do 6 týdnů zajistit.Zadejte do formuláře e-mailovou adresu a jakmile knihu naskladníme, zašleme vám o tom zprávu. Pohlídáme vše za vás.
Nákupem získáte 71 bodů
Los tres hermanos Marx fueron en su origen cinco más una madre. A ninguno de ellos, con la excepción de Minnie, su madre, se le conocía por su nombre verdadero -al menos entre el público-. El primogénito fue Leonard. Seguido de Adolph, Milton, Julius y Herbert. En el oficio, se les conocía, por ese orden, como Chico, Harpo (que antes se había hecho llamar Arthur), Gummo, Groucho y Zeppo. El pater Marx era sastre, pero Minnie era la mismísima seńora del espectáculo. Y maquillaba a sus hijos incluso antes de destetarlos y, cuando éstos aún eran unos adolescentes, formó junto a ellos una compańía de vodevil. Luego esto se quedó en Los cuatro hermanos Marx. Antes del final de la Primera Guerra Mundial (un absurdo problemilla en el que ellos no tuvieron nada que ver), ya se les conocía por sus nuevos apodos y Zeppo, que antes no se había unido a ellos por ser demasiado joven, había reemplazado a Gummo, quien aparentemente se había dado cuenta de que había fuentes de ingresos más estables que la de dejar que la gente se ría de uno. Sin embargo, Zeppo se vio condenado a ser el más soso de los Marx, y también él abandonó los escenarios más tarde. Desarrollaron su estilo, por increíble que parezca, durante una gira por Texas, cuando el público abandonó el local en mitad de su actuación para contemplar una mula obstinada que había en la calle. Hartos, los hermanos comenzaron a parodiar su propio número y, mirabile dictu , les contrataron. En 1924 dejaron el vodevil y establecieron su propio espectáculo: «Iżll Say She Is», en Nueva York. Alexander Woollcott, un crítico más propenso al llanto que a la risa, los vio, le encantaron y los lanzó al estrellato. Los Marx se pusieron de moda, pero al contrario que otros éxitos del momento, también entusiasmaron a quienes no estaban de moda. Richard F. Shepard
706 Kč
Osobní odběr Praha, Brno a 12903 dalších
Copyright ©2008-24 nejlevnejsi-knihy.cz Všechna práva vyhrazenaSoukromíCookies
Nákupní košík ( prázdný )